Muchos me han preguntado, cómo es posible tener gozo y paz en medio de las circunstancias difíciles que me ha tocado vivir últimamente, y desearía hoy contestarles en parte esa inquietud. Una de las cosas que me ayuda en toda circunstancia es el saber que Dios conoce y sabe todo lo que ocurre y que es el quien lo permite o no lo hace. Es Soberano y confío que su soberanía es siempre justa. Muchas veces inentendible a mi mente finita, pero seguramente para mi bien.

Mi esposo enfermó en el año 2013 aproximadamente, de una enfermedad irreversible neurológica, que terminó con dos años de postración e internación domiciliaria. No hablaba, estaba alimentado el último año con botón gástrico, sonda permanente y asistido todo el tiempo.

En el 2017 falleció mi madre, que aunque era mayor, estaba lúcida y era una escucha cariñosa con la cual podía compartir mis problemas y contar con sus oraciones constantes. O sea me quedé sin ese mimo característico generalmente en la relación de madre e hija.

Luego, al fin de ese mismo año, me detectaron un cáncer de mama y debí operarme con urgencia , después hacer varias sesiones de quimio y rayos. Mi esposo mientras tanto iba empeorando y varias veces fue llevado a la clínica con fiebre alta, obstrucciones de sonda etc. estaba internado unos días y volvía a casa compensado.

La última internación fue en Agosto de 2018, estaba demasiado complicado, fue entonces cuando en su voluntad el Señor lo llevó con El. Una nueva pérdida muy dolorosa, se había ido  mi compañero de ruta, no tendría su apoyo y cariño, ahora debía empezar a andar sola.

Parecía que hasta allí llegaban las aflicciones, pero hace unos meses me detectaron metástasis del cáncer de mama en la tercera vértebra lumbar y estoy nuevamente en tratamiento.

Les quiero compartir para la gloria de Dios, que el poder y la paz que vienen de El se pueden experimentar plenamente en éstas circunstancias. Y , cómo es esto?

Es que Dios prometió estar con nosotros todos los días de nuestra vida y nos da su paz, no como el mundo la da, sino una paz que se experimenta en medio de la tormenta. A nadie le gusta pasar por circunstancias de dolor, pero el consuelo y la paz se producen por el conocimiento de que El tiene un plan especial para cada vida y está al control de todas las cosas.

Si somos sus hijos, Dios quiere moldearnos a la imagen de Cristo. Y si no lo somos llamarnos al arrepentimiento y aceptar al Salvador que él envió al mundo para morir por nuestros pecados y tener así una vida en abundancia y eterna.

William Mc Donald dijo “La Victoria de la vida cristiana no es la ausencia de conflictos, sinó la presencia y protección de Dios en medio del conflicto. “

Hoy puedo decir yo también que es posible tener gozo y paz a pesar de las adversidades, porque la vida abundante no es una ausente de problemas, sino una vida que está sostenida por Cristo.

Raquel Vazquez de Campilongo

Acerca del Autor

Raquel Vázquez
Arquitecta |  + posts