Querida Florencia

Me preguntabas en la última carta cómo sabemos cuál es la verdadera fe, y por eso me decidí a escribirte sobre este tema.

Cuando hablamos con distintas personas a lo largo de nuestra vida, uno ve que la mayoría tiene fe. Pero… ¿qué fe?

La Biblia menciona por lo menos tres tipos de fe: enferma, fingida y viva.

Una fe ENFERMA es aquella que profesa conocer a Dios pero con los hechos lo niega (como un incrédulo). Sabe la verdad pero desobedece. El propósito de Dios es que nuestra fe sea sana y produzca obediencia; no podemos conformarnos diciendo: «bueno, soy carnal, pero al menos tengo fe”, porque esa fe está enferma. En Tito 1:13, Pablo inspirado por Dios nos dice: “repréndelos duramente para que sean sanos en la fe”.

Otro tipo de fe es la FINGIDA, no existe, es falsa. No proviene de la Palabra de Dios, sino de fábulas (1 Timoteo 1:4-5).

Pueden ser tradiciones o costumbres en ciertos comportamientos religiosos. Esta es peligrosísima porque, como dice 1 Juan 2:19: “están con nosotros, pero no son nuestros”.

Aun el amor manifestado puede ser producto de una “fe fingida” y no de un corazón regenerado o puro.

Y por último está la fe VIVA. Cuando esta fe está activa, el Poder de Dios se manifiesta y transforma todo a su alrededor. Para tenerla debemos preparar nuestro corazón cada día para que su Palabra actúe; este es un trabajo constante, el día que dejamos de hacerlo, Dios no puede actuar.

Espero hayas entendido querida sobrina, no es cuestión de tener fe solamente, sino una FE VIVA para la Gloria de Dios.

Espero pronto podamos vernos para seguir conversando sobre el tema…

Te quiero mucho,

tu tía Adela

Acerca del Autor

Raquel Vázquez
Arquitecta | + posts