¿Señor, qué quieres que yo haga?…Esta frase la dijo Saulo cuando camino a Damasco si hallaba hombres o mujeres discípulos del Señor Jesús los llevaría presos a Jerusalén, entonces le rodeo un resplandor de luz del cielo. Y una voz que le dijo: Saulo, Saulo…porqué me persigues?

El dijo, «quién eres Señor?»…»Yo soy Jesús, a quien tú persigues»

Qué tremendo debe haber sido para Saulo pensar que estaba obrando para Dios y en realidad era todo lo contrario.

Y allí temblando y temeroso dijo: «Señor…qué quieres que yo haga?».

La voluntad de Dios para él era totalmente distinta a la que tenía planeada. Muchas veces nos ocurre a nosotras que pensamos en ministerios que nos sentimos atraídas, consideramos que es nuestro llamado, pero no le hemos preguntado humildemente al Señor: «qué quieres que yo haga?» …¿cuál es tu propósito para mi vida?…

Cada miembro en la Iglesia, tenemos una vida y capacitación distinta cuando nos acercamos a Cristo, pero él espera que no nos apoyemos simplemente en nuestra capacitación sinó que le preguntemos al Señor, qué quieres que yo haga?.

Todas nuestras tareas como cristianas en el cuerpo de Cristo (la Iglesia) deberá ser para la edificación y la gloria de Dios sobre todo.

El Señor utilizaría el carácter perseverante de Pablo y también su conocimiento, pero ésta no le daría el poder de utilizarlo bien, solamente unido a Cristo lo lograría.

Así también nosotras. Dice 1Corintios 12:6 «…Dios trabaja de maneras diferentes, pero es el mismo Dios que hace la obra en todos nosotros…» y vs.12 «…el cuerpo humano tiene muchas partes, pero las muchas partes forman un cuerpo entero, lo mismo sucede con el cuerpo de Cristo…»

El propósito de Dios que ha colocado cada miembro dónde él quiere es que haya armonía entre nosotros y nos preocupemos unos por otros.

Me gusta mucho ver por youtube el testimonio de distintos siervos de Dios. Todos tienen como meta llevar a los perdidos a Cristo pero en diferentes tareas y lugares. }

Cuando realmente estamos en sintonía con Dios considerando ésto, él hará la obra y sus siervos seremos solo el instrumento para poder realizarla.

Cada uno de los ministerios requiere de siervos que puedan tener vidas de devoción a su Palabra, para que nuestros consejos sean los principios de Dios y no los del mundo, eso es muy importante, digamos fundamental.

Además de alentarnos unos a otros en la tarea que nos toca, qué bueno es contar con la oración de hermanos en nuestras debilidades físicas o problemas familiares o económicos, que muhcas veces son heridas dónde el cariño y comprensión del cuerpo ayuda a sobrellevar.

En 1Cor 13:4-7, que habla de la preminencia del amor, dice: «…el amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso, ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas.

No se alegra de las injusticias, sinó que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas.»

Que el Señor nos ayude a ejercer aquello que Él quiere que nosotras hagamos con nuestras vidas y que tengamos presente siempre que el amor es fundamental para el ejercicio de las distintas tareas.

Abrazos virtuales para todas!

Acerca del Autor

Raquel Vázquez
Arquitecta | + posts