Llevo tiempo sin escribir por acá y vuelvo a este, mi espacio nativo, donde me siento en casa. Esto es hablar de hogar, familia, iglesia. Aquí está el Padre presidiendo nuestras vidas y cobijándonos  en el hueco de su mano. Ese, nuestro Padre celestial, nos dio  a cada uno un padre terrenal.

Soy hija única de un sabio varón de Dios, ojos azules  transparentes,  de dulce palabra, gesto humilde y firme, autoridad plena como hijo de Dios. Ya descansa  a su lado, yo lo recuerdo cada día con mucha alegría.

 Antonio de nombre, yo siempre lo llamé “padre”, sin diminutivos. Tal autoridad me inspiraba ese hombre, quien junto a mi madre encendió esa chispa de amor en la que me convertí y por lo que nunca alcanzaré a agradecer suficientemente.  

El día  que un hombre se convierte en padre, adquiere un honor y también una deuda que  debe honrar en un acto de amor, cumpliendo el mandato que nos llega desde el principio: Gén. 1: 27-28

“…a imagen de Dios los creó, varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra…”

La palabra “PADRE”  aparece abundantemente en la Biblia y también en el lenguaje mundano, muchas veces sesgado  este último, por el vacío de contenido o la tergiversación que gobierna la sociedad, lejos de los principios escriturales.

Por lo que junto a todos los padres,  especialmente los jóvenes, repasemos en un  breve  esbozo algunos rasgos básicos de la paternidad:

  • Guiar al conocimiento de la Palabra de Dios, enseñando el Amor incondicional, partiendo del hogar desde la infancia, siendo la iglesia doméstica  donde nace el germen de una vida de santidad.

“Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza…Y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa…”  Deut. 6:5-8

  • Aceptar la corrección de Dios y la del padre, para enseñarles a sus hijos la importancia de los propios actos

“Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a sus hijo querido”  Prov. 3:11-

“El Señor nuestro Dios tiene secretos que nadie conoce. No se pedirá cuenta de ellos. Sin embargo, nosotros y nuestros hijos somos responsables por siempre de todo lo que se nos ha revelado, a fin de que obedezcamos todas las condiciones de estas instrucciones” Deut.29:29

  • Los padres jóvenes tengan siempre presente que el  hueco de  sus manos contiene  perlas preciosas, sus hijos, que el Señor les  dio para criarlos y educarlos con amor. No hay tarea que se compare, por lo que es una decisión trascendente siendo   obedientes al Padre.

“El que obedece al Señor ya tiene refugio para él y para sus hijos” Prov.14: 2

Los padres mayores saben del tesoro que tienen eternamente en sus manos, es extraordinario el amor filial entre padre e hijos. Luego deviene en amor ágape, entrega total a la disolución del ego frágil en ese océano de amor infinito.

“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación” Efesios 6: 2-4

In memoriam de mi amado padre,  pater familia!  Mi gratitud por haber preparado la  morada terrenal que habito  en  mi retiro, mientras aguardo el hogar celestial que mi Padre Jehová me ha preparado en el cielo!  AMEN!

Sea toda la Gloria y la Honra a nuestro Padre Celestial !!!

 

¡FELIZ DÍA DEL PADRE PARA TODOS, CON LA BENDICIÓN DE LO ALTO!

Acerca del Autor

Olga de Pedernera
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