Los momentos de dolor son difíciles de atravesar, te nublan el pensamiento y te aíslan de las demás personas, porque es difícil transmitir tu sintonía a otros.

Pero qué maravilloso contar con alguien que siempre está a nuestro lado, nos comprende y nos sostiene; nuestra alma reposa. Dice el Salmo 62:1: “En Dios solamente está acallada mi alma. De Él viene mi salvación”

O como dicen otras versiones: “en Dios descansa mi alma”, “en Dios encuentro paz”, “espero en silencio delante de Dios”

Saber que Él tiene un plan perfecto para cada uno de sus hijos y que su propósito es siempre para bien, hace que esperemos tranquilas la resolución de nuestra situación que viene de Él.

Hay muchas promesas de su parte para que atravesemos el valle oscuro sostenidas. Lo mejor es saber lo que nos espera una vez pasado el valle. Nuestro cuerpo tiende a deteriorarse gradualmente, la promesa para los hijos de Dios es que: “si nuestra morada terrestre se va desarmando, tenemos una casa no hecha de manos, eterna en los cielos”

También sabemos que podemos clamar a Él en nuestra angustia, y que Él nos librará de nuestras aflicciones; nos da Su Palabra y nos muestra Su misericordia y Su bondad para con nosotros.

Ser libradas de la ira venidera es la mayor misericordia y muestra de amor de nuestro Dios. Aquellos que han aceptado a Jesús como Salvador están todavía sentenciados al juicio que caerá sobre todos los que rechazan tan grande ofrecimiento de salvación.

Si aceptas que Jesús murió en la cruz para pagar por nuestros pecados, arrepintiéndote, Él te salvará y gozarás de la bendición que tenemos los Hijos de Dios, estar en paz, aun en medio de situaciones que muchas veces no comprendemos, pero que aceptamos tranquilas, descansando en que Él tiene el control.

Abrazos virtuales para todas.

Acerca del Autor

Raquel Vázquez
Arquitecta | + posts