Elías fue un adorador consagrado a Dios y brillaba siempre por donde pasaba. Su pasión, su intensidad, su sinceridad y amor por Dios marcaron la vida de muchos. Él vivió una vida de fe con alegría, y cada día como si fuera el último.
De boca de los que lo amaban conocemos el testimonio de su entrega y amor hacia su esposa, su hijito, su familia, sus amigos, su iglesia, sus alumnos ¡y tantos otros! Él enseñaba a amar más a Dios y a servirle con mucha devoción, enfocando a quienes lo rodeaban a: “tener la mirada en lo eterno y no enredarse ni endulzarse con las cosas materiales y pasajeras de este mundo. Porque no hay peor calamidad que sentirte como en tu casa, cuando no es tu casa…”

Eli tenía un empuje hacia una adoración fresca, fervorosa, genuina, espontánea y espiritual. Aparte de un servicio abnegado, caracterizado por gastar siempre lo suyo por el bien de la iglesia de Cristo y por aquellos que aún no conocían a Dios, pero que luego fueron alcanzados para Él gracias a su testimonio.

El era un Hijo de Dios. Uno con sus ojos puestos en Jesús, con su mirada y su mente en lo eterno. Uno que por la pasión de su corazón, su fuerza y humildad terminó su tarea muy rápido, y dejó una huella, no solo con su vida sino también con su partida.

Sabemos por la verdad absoluta de la Palabra de Dios que Elías está más vivo que nunca. Se encuentra en los cielos, disfrutando la presencia de nuestro amado y poderoso Salvador Jesucristo, en quien Él creyó, y a quien recibió como su Salvador eterno para consagrarle toda su vida. Damos gracias a Dios por habernos dado el privilegio de tenerlo estos 31 años, y haber hecho de él un instrumento para impactar tantas vidas a través del amor divino que derramó en su corazón.

Le vamos a extrañar de manera indecible, pero sabemos, por la Esperanza que tenemos en el Cristo que Vive y Reina, que en breve le volveremos a encontrar en el hogar eterno, donde no habrá mas llanto, ni tristeza, ni dolor, ni muerte. A Dios y solo a Dios la gloria.

« Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito....» Job 1:21

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AMADOS DE ELÍAS ORTIZ
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