Después de tanto tiempo con restricciones amiga, seguro sentimos ansiedad y miedo por no saber cuándo ni cómo termina toda esta situación, o cómo será el futuro.
El miedo es un sentimiento común a todos los seres humanos, pero lo importante es saber canalizarlo al mejor lugar, y éste lugar es volver a Aquel que nos hizo, nuestro Creador.
En el Salmo 31 David vuelca su corazón atormentado lleno de miedo, los motivos distintos de los nuestros, pero el estado de su corazón muy similar. Se cree que este Salmo fue escrito mientras vagaba por el desierto huyendo de Saúl y su gente, que por celos sabiendo que Dios le había elegido como su sucesor en el trono, le perseguía para matarlo. Aún sus más cercanos se distanciaban de el, estaba solo y se sentía ignorado, decía en una parte del Salmo: “oigo la calumnia de muchos; El miedo me asalta por todas partes, mientras consultan juntos contra mí e idean quitarme la vida”v.13
Pero luego encauza su miedo y dice:v.14 “Pero yo Señor en Ti confío y digo Tú eres mi Dios. Mi vida entera está en tus manos”. Dios es quien decide siempre sobre nuestras vidas, pero es muy diferente cuando yo confío en que Su decisión sobre mi vida es lo mejor y compruebo Su asistencia en los momentos difíciles dándome valor y paz.
El Señor Jesús nos dice: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”.Jn.14:27
No hay nada mejor que encomendar nuestras vidas al Señor y descansar en él. El apóstol Pablo decía: “…yo sé a quién he creído y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”.
Los cristianos padecemos como cualquier persona, la diferencia está en el auxilio que recibimos del Señor en quien nos apoyamos. Confíale tu vida a El , nunca te fallará. Será hasta la próxima. Saludos virtuales para todas.
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