Hay un texto muy significativo que se encuentra en el Salmo 97:10 y que quiero compartir con ustedes hoy. Dice así: « Ustedes, los que aman al Señor, odien el mal! Él protege la vida de sus justos y los rescata del poder de los perversos.«. NTV
Sus santos son aquellos que hemos sido perdonados por la sangre que Cristo vertió en la cruz para estar cerca de nuestro Dios que es SANTO, hemos sido apartados para El. Nuestras maldades o pecados son la causa por la cual nuestro Señor murió para salvarnos, por lo tanto debemos aborrecer el mal.
El pecado impide nuestra comunión con nuestro Padre Celestial, debilita nuestra vida espiritual, debemos ser conscientes de ello para arrepentirnos de todo corazón y odiar el pecado.
El pensamiento dubitativo en cuanto a lo que es pecado, hace que nuestro testimonio sea ineficaz,no mostramos con nuestras vidas lo que significa Seguir al Señor, por lo tanto podemos ser de tropiezo a otros.
El problema se presenta muchas veces cuando tenemos que odiar el mal que vemos en otros .Confundimos odiar el mal con odiar a las personas y ésto no debe ser así porque la Palabra de Dios se contradeciría cuando nos pide que amemos a nuestro prójimo y aún a nuestros enemigos.
Se trata de odiar el mal, no a las personas y ¿cómo sería esto en la práctica? Por ejemplo no deberíamos festejar chistes sucios o palabras que ofendan el nombre de Dios. Además debemos ser conscientes que el plan de Dios es que aquel que está extraviado en sus caminos vuelva a Dios arrepentido, debemos señalar el peligro que es seguir haciendo aquello que ofende a Dios.
Por supuesto el señalar ésto en la vida de otros nos acarreará enemigos , allí se aplica la segunda parte del texto: » El cuida las almas de sus santos; los libra de las manos de los impíos«, porque siempre habrá personas que no quieren arrepentirse.
Tengamos presente entonces que hay dos mandamientos que Dios nos pide y no se contradicen: amar a nuestro prójimo y aborrecer el mal. Que el Señor nos bendiga.
Abrazos virtuales para todas!.
Disfruta el art. en versión de audio:
Ustedes los que aman al Señor
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