Flechas en la aljaba

Los niños están creciendo en una generación expuesta a graves peligros incluso dentro de la casa, con internet.  Eso es alarmante, no debemos dejarlos solos.

“Como flechas en las manos del guerrero, así son los hijos habidos en la juventud. Dichoso el hombre que de ellas ha llenado su aljaba”  

En esta analogía del  Salmo 127:3-5 la aljaba  que contiene a los niños es el hogar. Los padres son el arco y los hijos las flechas, un regalo de Dios que debemos proteger.

Hay que actuar sabiamente, si nos ven  dogmáticos y rígidos nos evitarán. Construyamos  un hogar en el que puedan hacer preguntas abiertamente, obtener respuestas y desarrollar valores que les sirvan de por vida. La palabra “guerrero”  del versículo quiere decir que debemos luchar por ellos.

Apuntemos en la dirección correcta, “Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él” (Prov. 22:6). Para conocer a Dios y su Palabra el espacio adecuado  es el culto familiar diario.

Somos responsables ante Él de la crianza de nuestros hijos. No nos llamó a ser “populares” con  ellos, sino a criarlos en su santo temor. La obediencia no es algo opcional, sino una exigencia.

No los sobreprotejamos ahogando su crecimiento, no los sacrifiquemos en aras de cosas materiales y no impongamos nuestros sueños frustrados sobre ellos. Ayudemos a descubrir sus talentos y a discernir el plan de Dios para sus vidas, luego seamos sus fervientes animadores.

Oremos con ellos favoreciendo un tiempo significativo de comunión en el que aprendan que dependemos de Dios en todo. “Si cuida de las aves también cuidará de mí” Mt. 6:26. Deben conocer que su máxima protección es Jesús que está con ellos siempre, y así podrán vencer el temor y la aflicción.

 Enseñemos fundamentos bíblicos que guíen a cada niño a su encuentro con Jesús, Único y Suficiente Salvador.

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Jn 14:6)

No podemos educar sin vigilancia y control. Ellos deben ser instruidos y disciplinados para  adquirir conocimiento de la Palabra.

 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Tim. 3:16-17).

Esta breve reflexión no es exhaustiva, es un esbozo acerca de la crianza de los hijos según las Sagradas Escrituras, para tener presente este tema fundamental. La responsabilidad primaria les cabe a los padres, sin embargo todos los adultos en distintos roles, tejemos esa red  de amor cristiano en la que deben crecer para Gloria y Honra de Dios en una vida de entrega, testimonio y servicio.

Jesús dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” Lc. 18:16

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Olga de Pedernera
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