FRAGANCIAS DE SANTIDAD

 

El sol  irrumpe en la casa a través  de los ventanales, se ven algunos árboles aún desnudos, otros coqueteando con sus prístinos brotes. El lapacho esbelto, con su gran copa cubre la tierra a su alrededor con una alfombra rosada de las flores que caen. El sublime aroma de los jazmines y la humildad de las campanillas silvestres, se unen a la sinfonía perfecta de los pájaros.

Paz y calma, colores, olores y sonidos en armonía se combinan con la calidez de la leña encendida en el hogar. Un tazón pequeño con semillas tostadas y el mate completan la tranquilidad de este día; último del invierno en el que, por la Gracia de Dios puedo escribir estos apuntes.

La vida se desarrolla mediante un conjunto de fases sucesivas de un fenómeno o hecho complejo, eso es un proceso que abarca lo múltiple del hombre. En la naturaleza creada por Dios están inscriptos los símbolos que nos ayudan a entender por analogía tal complejidad.

La primavera por ejemplo,   representa un despertar después del letargo purificador del invierno. Decimos que nos agrada esta brillante época  por tantos estímulos bellos que ofrece a los sentidos, pero vamos más allá…

Necesitamos revisar nuestra condición espiritual, hay renuevo? Cuál es el aroma que emana de nuestro ser interior? Nuestras palabras, nuestros gestos, cómo son? Para lo que debamos mejorar, el Señor nos auxilia y dice:

“Yo soy el Señor, tu Redentor.  Yo soy el Santo de Israel.  Serás un nuevo instrumento para trillar, con muchos dientes afilados”  Isaías41:14-15

Estamos listos para actuar como instrumentos nuevos? Si es así, Dios será glorificado y nosotros estaremos alegres:

“Entonces te alegrarás en el Señor; te gloriarás en el Santo de Israel” Isaías 41:16

Septiembre es el mes de la Biblia, de la primavera, del maestro y del estudiante. Todos los elementos para  suscribir un nuevo compromiso con el “renuevo” del Señor, Isaías 4:2, 53:2 y Jeremías 23:5

  Es una buena ocasión para proponernos  la lectura, el estudio y la divulgación de la Palabra de Dios. Las esencias exquisitas que exhala el conocimiento bíblico y el cumplimiento la Gran Comisión para todos los Hijos de Dios, puede convertirse en este despertar que necesita una sociedad dormida, anestesiada, gris, que clama!

En el frío invierno, tal vez hemos temido no llegar, no alcanzar las victorias de la vida que el Señor nos promete. Hoy, nos dice:

Yo, el Dios de Israel, nunca los abandonaré. Abriré ríos para ellos en los altiplanos.

 Les daré fuentes de agua en los valles y llenaré el desierto con lagunas de agua;

por la tierra reseca correrán ríos alimentados por manantiales.

Plantaré árboles en el desierto árido: cedros, acacias, mirtos, olivos, cipreses, abetos y pinos.

Lo hago para que todos los que vean este milagro comprendan lo que significa: que el SEÑOR es quien lo ha hecho;

El Santo de Israel lo ha creado.”  Isaías 41:18-20

Notemos la importancia de dos palabras en los textos citados: SEÑOR SANTO. Quiera Él que el reconocimiento de su Señorío nos interpele para vivir en SANTIDAD. No hay fragancia mejor

Que así sea! Gratitud y gozo por las bondades de este nuevo inicio!

Acerca del Autor

Olga de Pedernera
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