«Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, confirmada por la ley y los profetas. Esta justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo es para todos los que creen. Porque no hay distinción, por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios. Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por Su sangre a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús» (Romanos 3:21-26).

«Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogado para con el Padre, a Jesucristo el Justo» (1 Juan 2:1).

REFLEXIONA: Por más que trates, en tus fuerzas nunca podrás llegar al estándar de la justicia de Dios, siempre te quedarás corta. Dios es justo y ningún injusto puede tener comunión con Él. Es por esto que Cristo vivió una vida completamente justa, se presentó en la cruz como nuestro intermediario y cargó nuestra injusticia; de manera que todos los que creemos en Él somos vestidos de Su perfecta justicia. Dios es quien justifica al que tiene fe en Jesús, no existe otra manera.

En el momento en que pones tu mirada en Él para salvación, la justicia de Cristo es imputada (o cargada) a ti. Así que, cuando Dios te ve, ya no ve tu maldad y pecado, sino que ve la justicia perfecta de Cristo. ¿No es eso maravilloso?

Te confieso que necesito recordar eso todos los días. Aun en el peor de mis días, cuando Dios me ve, en realidad Él está mirando la perfección de Su Hijo, por eso que, sin importar nuestro estado, siempre podemos correr a Su trono con confianza. Lee Romanos 8 y medita en estos beneficios de la justificación que has recibido en Cristo:

1. Puedo disfrutar de una correcta comunión con Dios; no hay temor porque ya no hay condenación para los que están en Cristo.

2. Tengo la certeza de que mis pecados han sido perdonados; soy libre del temor y la culpa generada por el pecado, puedo acercarme confiadamente al trono de Dios. 3. La justicia de Cristo me pertenece y soy declarada justa ante los ojos del Padre; no hay pecado que pueda apartarme de Cristo, porque cuando Dios me ve, ya no observa mi condición caída, sino que mira la justicia de Cristo en mí.

RESPONDE: • ¿En medio de mis debilidades puedo ver a Jesús como mi Abogado ante el Padre o me quedo frustrada sin esperanza? • ¿Cuando peco me siento incapaz de presentarme ante Dios o corro a Su trono confiando en que Él me ve con la justicia de Cristo? • ¿Es la justicia una característica que adorna mi vida?

O R A : • Dale gracias a Dios por haberte vestido de Su justicia. • Pídele a Dios que te guíe a la cruz en medio de tu debilidad. • Pídele a Dios que te ayude a manifestar Su justicia a tu prójimo.

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