«Pero ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron. Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Porque, así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo en Su venida» (1 Corintios 15:20-23).

REFLEXIONA: Hemos estado reflexionando sobre algunos de los beneficios ganados por Cristo en la cruz: salvación, redención, expiación, propiciación, justificación y adopción. Necesitamos exponernos con frecuencia a estas verdades de manera que no olvidemos quiénes somos en Cristo. Hoy nos concentramos en un acontecimiento que hizo posible todos los anteriores: la resurrección.

Es ahí donde su obra se sella por completo. Wayne Grudem lo dice de esta manera: «Al resucitar a Cristo, Dios el Padre estaba en efecto diciendo que aprobaba la obra de Cristo de sufrimiento y de muerte por nuestros pecados, de que su tarea estaba consumada, y que ya no había ninguna necesidad de que Cristo permaneciera muerto.

Ya no quedaba penalidad que pagar por el pecado, ya no había que cargar más con la ira de Dios, ya no había más culpa ni deuda que pagar: todo había quedado completamente pagado, y no quedaba ninguna culpa. Dios estaba diciendo mediante la resurrección: “apruebo lo que se ha hecho, y tú eres bien recibido en mi presencia”».

Medita en los que la resurrección de Cristo ha garantizado para ti:

1. Una vida nueva en Cristo «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien, según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos» (1 Pedro 1:3).

2. El poder para vencer el pecado y predicar el evangelio «Pero ahora hemos quedado libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos ataba, de modo que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en el arcaísmo de la letra» (Romanos 7:6a).

3. Una posición en lugares celestiales en Cristo «…aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia ustedes han sido salvados), y con Él nos resucitó y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús» (Efesios 2:5-6).

4. La promesa de que un día resucitaremos con Él «Jesús le contestó: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque muera, vivirá”» (Juan 11:25).  «Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios» (Colosenses 3:1-3).

¿No es eso glorioso? ¡Yo vivo para ese día! Permite que todo lo que haces diariamente sea moldeado por la gloriosa promesa de la eternidad que nos aguarda.

RESPONDE: • ¿Tengo garantía de que estoy unida con Cristo? • ¿Vivo a la luz de la esperanza de la resurrección? • ¿Veo mis circunstancias como temporales o eternas? • ¿La esperanza de resucitar con Jesús me alienta?

O R A : • Da gracias por el privilegio de estar unida a Cristo. • Pídele a Dios que te ayude a poner tu mirada en Él, a pesar de cualquier circunstancia adversa. • Pídele nuevas

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Aviva Nuestros Corazones
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