Querida Florencia:

Siempre que termina un año y comienza otro, hacemos un recuento de lo pasado y nos llenamos de planes par el futuro…Cuando en todo lo pasado hemos podido cumplir con las metas que nos propusimos, sentimos alivio y agradecimiento al Señor.

Pero casi siempre ocurre que quedan algunas metas sin alcanzar.

Seguramente este año hemos tenido objetivos personales, en el estudio, en proyectos, viajes, salidas de paseo, a comer, etc. y ojalá vos hayas podido cumplir todas tus metas!, seguramente si es así estarás contenta y lo que no se pudo hacer  te puede traer tristeza…pero son consecuencias pasajeras, cierto?

Pero cuando las metas incumplidas son espirituales, las consecuencias son eternas: habremos aprovechado o no el tiempo que el Señor nos dio de vida en este mundo para servirle, habrá premio o no a nuestra labor, seremos aprobados o no en lo que hicimos, pensamos, dijimos, …y esto es para siempre.

El Apóstol Pablo exhorta a aprovechar bien el tiempo, en Efesios 5:17, y que le glorifiquemos en todo lo que hagamos, “Glorificad, pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” dice en 1 Cor 6:20

Por eso, querida sobrina es importante que sepas que en todos los objetivos que tengas para el año próximo tanto personales, y más aún en los de servicio espiritual, busques darle Gloria a Dios en todo lo que hagas, aprovechando bien el tiempo y usando bien las oportunidades que tengas de dar testimonio con tu vida y honrarle con tu conducta.

Te mando un abrazo grande, seguramente nos vemos en Navidad,

muchos cariños!

 Tu tía Adela

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