¡Qué maravilloso y agradable es cuando los hermanos conviven en armonía!
El Domingo 6 de Diciembre pudimos disfrutar de un día bendecido que nos regaló el Señor. Vimos Su mano de amor acompañando cada detalle, cada momento, cada espacio.
¡Atesoramos todo en el corazón! y nos llevamos el desafío de vivir como Cristo murió: «a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte» (Filipenses 3:10).