Cuando me preguntaban qué partes de mi cuerpo no me gustaban, mi respuesta era que no estaba muy conforme físicamente y si la pregunta era al revés, qué partes de mi cuerpo me gustaban, tardaba mucho tiempo pensando en qué poder responder.

Con el tiempo, y mientras pasaba mi desierto donde Papá me enseñó muchísimo sobre este tema de cuidar el cuerpo que Él me había dado, aprendí que cada vez que me veía frente al espejo y mi mente comenzaba a maquinar cosas que no estaban bien, me ayudaba el recitar algunos versículos de un salmo que me ayudó y me ayuda diariamente a recordar lo que Dios creó con tanta dedicación, con tanto amor,   a mí. «Soy su maravillosa creación» dice un versículo de este salmo, y es algo hermoso poder meditar cada vez que el enemigo quiere robar mi paz, mi seguridad, con pensamientos que no son verdaderos.

Quiero compartirte qué es lo que Dios me mostró a través de este salmo y otros pasajes más de su palabra.

Te dejo algunos puntos y versículos, para que puedas leer y meditar en ellos cada vez que sientas que no vales nada, o te siente menos.

  1. Tú me formaste, me creaste, soy única y especial para Él (Salmos 119: 13-16 versión PDT) «Tú hiciste todo mi ser. Te agradezco porque me hiciste de una manera maravillosa; sé muy bien que tus obras son maravillosas. Tú sabes todo de mí… Tú viste formarse cada parte de mi cuerpo; todo ya estaba escrito en tu libro…»

Dios se tomó su tiempo para crearme tal cual Él quería, soy única y especial, y me ama tal cual soy, ante sus ojos soy una creación maravillosa.

  1. Fui creada para adorarle, para llevar gloria de su nombre. Isaías 43:7: «…para gloria mía los he creado, los formé y los hice.» Y me preguntaba cómo podía yo llevar gloria de su nombre, y Dios mismo me daba la respuesta en su palabra; en lo que hago doy gloria a su nombre, porque todo lo hago es porque Él me lo permite y todo es para Él, vivir pensando en eso, es vivir con temor de que Él está presente en todo momento, y cada cosa que hago y que digo debe ser de alabanza y adoración a Él. Colosenses 1:16: «Porque en él fueron creadas todas las cosas… todo fue creado por medio de él y para él.»

Mi cuerpo debe glorificarlo, y como tal debo cuidarlo, porque es morada de Él. Y esto me llevaba a pensar cuántas cosas hacía que no eran de alegría a Mi Padre celestial, cuántas quejas de mi cuerpo hacía, sabiendo que este cuerpo lo había creado Él; lo pensó, lo diseñó y lo creó como Él quiso. Debo ser un sacrificio vivo, apartada para Él, debo ser agradable ante  los ojos de mi creador. Romanos 12:1: «…que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios».

Efesios 2:10 también nos dice que fuimos creados para buenas

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Abigaíl Lescano
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