Si te preguntaran «¿QUÉ QUERÉS?», ¿qué responderías?

Parece una pregunta muy sencilla, pero no lo es. Al hacérsela a personas muy queridas, no supieron qué responder; me encontré con: silencios, sonrisas nerviosas, miradas perdidas, actitud pensativa y con el famoso eeeeeeeeeeeeeeeh…

Esta fue la gran pregunta que el rey le hizo a Nehemías: «¿por qué te ves tan triste? No me parece que estés enfermo…» Antes de responder, oré al Dios del cielo; entonces el rey me dijo: ¿QUÉ QUERÉS? (Neh.2:2-4)

Como Nehemías sabía exactamente lo QUE QUERÍA, pudo dar una respuesta súper especifica.

Las personas que piensan que no saber lo que quieren no es un problema tan grave. Esto es porque ya están acostumbradas a vivir de esa manera, sin rumbo, desorientadas, a la deriva ¡y perdiéndose todo lo que Dios tiene preparado para sus vidas!

Si no sabemos lo que queremos, es difícil fijarnos en lo que vamos a hacer, y corremos el riesgo de quedarnos pasivos y volvernos cristianos desanimados.

No saber lo que queremos nos hace dependientes, esperando que las personas o circunstancias nos digan lo que tenemos que hacer.

Jesús dijo:  «Sé de dónde vengo y a dónde voy…» (Jn 8:14) ¡Jesús sabía perfectamente lo que quería! ¡Vengo del cielo, voy a la cruz, y vuelvo con mi Papá!

Si empezamos por obedecer lo que Dios QUIERE, nos será más fácil saber lo que QUEREMOS, y cuando esto suceda… ¡¡ninguna Iglesia, ningún Cristiano, ninguna Oración, ningún Servicio y Ministerio serán los mismos!!

¡Abrazo grande!

Acerca del Autor

Ricky Bisio
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