Sería bueno vivir un día como si nunca hubiéramos leído la Biblia. Antes de que te rasgues las vestiduras, déjame que te explique por qué.

El prejuicio retrospectivo, conocido como el efecto «siempre supe qué iba a pasar,» sucede cuando, una vez que sabemos lo que pasó, tendemos a modificar el recuerdo de la opinión previa a que ocurrieran los hechos. Se produce cuando miramos una película después que alguien nos contó el final, ¡¡ya no tiene gracia!!

Otro ejemplo: si decimos David y Goliat, sabemos quién ganó. Estando José dentro del pozo, sabemos cómo terminó la película. A Jonás… ¡se lo tragó un pez! Bartimeo… ¡pudo ver! Aunque Lázaro ya estaba muerto y putrefacto… ¡resucitó! Sabemos que los tres muchachos, ¡salieron del horno de fuego sin quemarse!

Como ya sabemos el final, no nos asombramos, no nos maravillamos, ni nos emocionamos como lo hicimos al leerlas por primera vez. EL EFECTO “Siempre supe qué iba a pasar”, distorsiona la visión y limita el poder de Dios en nuestra vida.

¿Qué te parece si le pedimos al Señor que nos dé la capacidad de leer y creer cada una de estas sorprendentes historias, cada uno de sus fantásticos milagros y cada una de sus grandiosas promesas como si fuera la primera vez?

(Lucas 9:43)

¡Que tengas un excelente día!

¡Abrazo grande!

Acerca del Autor

Ricky Bisio
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