Querida Florencia:
Ya pasamos ya la mitad de este año y cuántas cosas hemos vivido! Muchas felices y otras tristes, pero sábes? estaba pensando que las circunstancias cambiantes que nos tocan vivir no podrán modificar nuestro «verdadero tesoro».
Leyendo las parábolas de nuestro Señor Jesucristo referentes al tesoro escondido y a la perla de gran precio en Mateo 13:44 al 46, veía lo que realmente es para un cristiano haber encontrado a Cristo.
Nada en la vida puede compararse a lo que El nos ofrece. Por eso el hombre de la parábola cuando encuentra el tesoro vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
«Vender todo lo que tenía» para nosotros es considerar todas las demás cosas de la vida en segundo orden, o como algo que pasará pronto, que no permanecerá.
Querida Flor, se que en la juventud especialmente pensamos que nuestra vida debe ser vivida plenamente, pero no te olvides que nada tiene tanto valor como el «tesoro» que poseemos! y vale la pena gastar toda nuestra vida para Cristo!
Un beso grande!
tu tía Adela.