«Más ahora que habéis sido libertados del pecado, y hechos siervos de Dios,tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.» Romanos 6:22
La Iglesia local es el ámbito en el cual, en comunión con los hermanos (1ºCor 12:20 y 27), somos llamados a servir a Dios, sirviéndonos los unos a los otros (Gál. 5:13) y sirviendo de testimonio a nuestra generación (a los que se salvan y a los que se pierden) que “corre la carrera de la vida” junto con nosotros (Hch. 13:36).
Como dice el texto, Dios nos hace sus siervos como resultado de haber sido libertados del pecado.
Esto quiere decir que, con nuestra vida:
-O servimos al pecado (esto es, a nuestros deseos carnales de placer, celos,
chismes) haciendo amistad con el mundo, asimilándonos a él.
-O servimos a Dios (esto es, haciendo su voluntad).
No hay punto intermedio. Este texto nos dice que es propio de la genuina fe salvadora que el creyente rechace el mundo, sus propuestas, y sirva a Dios alineando de este modo su propia voluntad, forma de pensar, criterios y valores a los de Dios y Su Palabra.
¿Qué vamos a hacer nosotros en este 2021?
¿Cómo vamos a responder a esta decisión de Dios?
Tengamos presente que desobedecer a Dios no es sólo cometer actos aberrantes sino también desobedecerle en su voluntad para con nosotros en cuestiones que a veces, por sernos de todos los días, tenemos por
intrascendentes.
Recuerda que desde la óptica de Dios:
NO HAY NINGÚN PECADO QUE SEA PEQUEÑO
NO HAY NINGÚN SERVICIO QUE SEA SIN IMPORTANCIA
NO HAY NINGÚN DON QUE EL HAYA DADO QUE SEA SUPERFLUO
¡Bendiciones y buen año!

Acerca del Autor

José M. Goiburú
+ posts