“Un tiempo para llorar y un tiempo para reír” Eclesiastés 1:4

Cuando escuchas a algunas personas, recibes la impresión de que sus conductoslagrimales deberían secarse en el instante en que te conviertes a Cristo.

Cuando miras losrostros de algunas personas, recibes la impresión de que en el momento en que nacieronde nuevo, sus bocas han sido congeladas en una línea de desaprobación. Sin embargo,hay un tiempo para reír. Reímos cuando celebramos la vida.

Yo creo que Jesús tambiénrió. Hay un equilibrio en la vida. La Biblia dice que hay un tiempo para todo: «Un tiempo parallorar y un tiempo para reír” (Eclesiastés 3:4). Hay un tiempo cuando es perfectamenteapropiado que los creyentes lloren.

Hay demasiada injusticia en el mundo como para serun discípulo que no llora. Por otro lado, si disfrutas de un tiempo de celebración, no quieredecir que ames menos a Jesús.

Gracias a Dios que hay un tiempo para reír.A medida que construimos puentes de amistad con personas que no son cristianas, lospodemos construir bajo cielos soleados.

Llegará el tiempo cuando las nubes se junten ycaiga la lluvia. Entonces, después de compartir la risa con esas personas, tambiénpodemos compartir las lágrimas con ellas.

La compasión cristiana no comienza sólocuando caen las lágrimas; comienza cuando reímos y nos regocijamos porque las cosasmarchan bien.

Entonces, cuando otras personas enfrentan tiempos de sufrimiento,lloramos con ellas. Cuando hemos compartido tanto el gozo como las lágrimas connuestras amistades que no son creyentes, les podemos presentar a Jesús, nuestro amigo,quien puede darles el consuelo que necesitan.

Acerca del Autor

J. Briscoe
+ posts