El autobús estaba alegremente animado por un grupo de Jóvenes.

Un viajero, Biblia en mano, tomó su lugar junto a ellos. Un bromista, fingiendo mucha seriedad, preguntó:

-Con perdón de usted, Señor ¿puede informarme si está lejos el paraíso?

El hombre de la Biblia miró fijamente al joven y con tono a la vez benévolo y serio le respondió:

-El paraíso, amigo mío, está sólo a un paso de ti, ¿quieres darlo ahora?

Fue todo. Pero estas sencillas palabras y la manera como habían sido pronunciadas volvieron con insistencia a la mente del joven, quién sólo halló reposo cuando hubo dado ese “paso” hacia Jesucristo, el Salvador.

Lector, quien quiera que sea usted, si todavía no lo ha hecho dé ese paso de fe, necesario para pasar “de muerte a vida”…Nadie puede hacerlo en su lugar.

¿Tiene padres o amigos creyentes?. La fe de ellos nada puede hacer por usted, la decisión es personal, es suya.

O, quizá cuenta con intermediarios especializados entre usted y Dios, en quienes confía para todo lo que concierne a la “religión”.

Ellos tampoco pueden salvarlo, sólo pueden orar e invitarlo a que usted mismo busque la presencia del Señor. Usted no tiene nada que ofrecer a Dios, y él sólo espera una cosa: el arrepentimiento que produce la fe.

No vacile más…dé el paso!

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