Una Antorcha que encender

Anhelamos  vivir en un mundo menos violento, más agradecido, con menos “yo” y más “nosotros”.  Los valores y principios cristianos deberían cobrar un significado especial en este tiempo, porque es ahora cuando nos toca ser: “la voz de uno que anuncia”.  Ya que cuando se tambalean los cimientos, se corre el riesgo de un decadente deterioro social, el que de una manera o de otra, nos afecta a todos. Y entonces nos preguntamos, desorientados: ¿qué pasó?

La respuesta es simple: hemos descuidado los fundamentos, los valores, la educación, la enseñanza, aquello que integra al ser humano completo (su cuerpo, su aspecto emocional y espiritual).

Necesitamos recuperar los valores, transmitírselos al niño desde temprana edad, en un lenguaje y en una forma que les sea familiar, y pedagógicamente efectivo.

No he visto nada que impacte más la vida de un niño que un relato, una historia, un cuento.  ¿Por qué, entonces, desaprovechar este recurso que nos permitirá transmitirle al joven lector los valores que lo prepararán para afrontar las vicisitudes de la vida? Temas como bullying, temores, inseguridad, frustración, vocación, valorización y tantos otros, son interiorizados y hasta resueltos de manera exitosa a través de un relato.

Si queremos dejar una huella en la vida infantil y juvenil,  la literatura es una excelente manera de hacerlo, considerando además que desarrolla en ellos el interés y el hábito por la lectura, de la que nadie ignora sus beneficios.

Tenemos un desafío por delante: dejar un legado.  Como cristianos, nuestro compromiso es formar una generación de impacto, cuyo alcance e influencia en el entorno sea poderoso, constructivo y transformador.

“Y cuando las bases mismas se vienen abajo, ¿qué puede hacer el hombre honrado?” Salmos 11:3 (DHH)

Con estar disconformes no alcanza, con quejarnos tampoco, con mirar hacia otro lado, menos. Hay que generar vínculos (lectura-lector, maestro-alumnos, padres-hijos) que impulsen a los niños y a los jóvenes a desarrollar al máximo su potencial.

Como escritora infantil y juvenil soy propulsora de una literatura rica en valores, en reflexión y en crecimiento. Mis libros cuentan con un importante aporte didáctico (entretenido e inteligente) que ayudará al joven lector a analizar y a sacar conclusiones, las que pretenden ser enriquecedoras en todas las áreas de su vivida.

Compartimos algunos de los libros de Graciela Otranto