Honrar a nuestros padres es una manera de honrar a Dios, cumpliendo su mandamiento. Se trata de una actitud de reconocimiento, respeto y valoración, no sólo por las cualidades o méritos de ellos (más allá de sus aciertos o errores) sino fundamentalmente por su rango o posición. Por eso desde mi lugar de hija, me es grato escribir unas líneas sobre la vida de mi padre, Jorge L. Mereshian, sobre todo en el contexto de la iglesia en calle Rincón, de la cual fue uno de sus principales propulsores.

Papá dedicó su vida desde muy joven al servicio en la obra del Señor, como misionero evangélico. Desarrolló su ministerio en Córdoba, proyectándolo desde aquí hacia otras localidades del país y de países vecinos. Estudioso de las Escrituras, dedicó mucho tiempo a indagar sus verdades con el deseo de conocerlas profundamente y también compartirlas en reuniones locales, grupos de estudio bíblico y conferencias generales.

Fundó iglesias en barrios de la ciudad y del interior, entre las cuales se destaca la nuestra, a la que pastoreó por más de veinte años. Dejó plasmados sus escritos en diferentes revistas cristianas, principalmente “Mentor”, de la cual fue co-director y redactor por muchos años. Abundantes artículos y bosquejos de lecciones condensan el fruto de sus estudios, pensamientos y reflexiones, un valioso legado que años más tarde sus hijos recopilamos en el libro “AGUA VIVA”.

Hoy, en el Día del Padre (21/06/20) en el que coincidentemente se cumplen 45 años de su fallecimiento, quiero expresar mi agradecimiento a Dios por el papá que me dio. Guardo en la memoria cada momento vivido a su lado, en los espacios serenos de la casa, en los paseos familiares, en sus viajes para salir a llevar el Evangelio a otros lugares, en sus regresos felices y sonrientes.  Lo recuerdo en su escritorio o de rodillas orando. Lo recuerdo en el culto familiar y en sus preguntas para asegurarse de que habíamos comprendido… Y recuerdo su  partida al cielo, joven y dolorosa, en que la casa desbordó de visitas de despedida.

¡Gloria a Dios por siervos fieles como él, que decidieron invertir sus vidas para la extensión del Reino y hoy disfrutan de vida plena junto al Rey!

Noemí Mereshian

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Noemí Mereshian
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