“Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia.” Efesios 1:22

Una querida amiga estaba viajando conmigo a una conferencia y comenzó a contarme la historia de sus treinta años de matrimonio. «Si hace dos años me hubieras dicho que mi esposo se iría del hogar, abandonando a sus tres hermosos hijos y un matrimonio de treinta años, te hubiera dicho que estás loca”, me dijo con tristeza. «Pero aquí estoy. Todavía pienso en lo que dijo mi hijo mayor el día que mi esposo se fue. Él le dijo: Pero papá, siempre has dicho que mamá es una en un millón».

“Bueno, ahora he encontrado una en mil millones”, respondió fríamente. Y salió de nuestras vidas. «Por varios meses, me sentí devastada», continuó ella. “Entonces encontré a Cristo y las Escrituras me dijeron que todo lo que está sobre mi cabeza ¡está debajo de mis pies! Aprendí que su gran poder podía obrar en mi vida. Leí que Jesucristo es mi rey triunfante y que yo también puedo triunfar”.

Le dije a mi amiga, mi hermosa y valiente amiga, que los reyes de tiempos antiguos ponían su pie sobre el cuello de sus enemigos como un gesto simbólico, y que Dios nuestro rey también había puesto su pie sobre el cuello de sus enemigos.

¿Qué situación estás enfrentando hoy que está sobre tu cabeza? Recuerda que cualquier cosa que está sobre tu cabeza está debajo de sus pies, y por lo tanto, también debajo de los tuyos.

Efesios 2:6 dice que Dios “ nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares  celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús”.

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J. Briscoe
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