La profundidad de los mares

“Él (Dios) volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.”  Miqueas 7:19

Una cosa asombrosa de los mares es su profundidad. Se estima que la máxima es de 11.034 m. (Abismo Challenger en las proximidades de las Islas Marianas, a la fecha muy poco explorado debido a las dificultades técnicas que implica el descenso).

Dios utiliza también este hecho, para ilustrar la verdad espiritual de su perdón.

La mayor tragedia de la humanidad es el pecado: no obedecer a Dios. El pecado nos separa de Dios, nos destituye de la gloria de Dios. El pecado envilece al ser humano, lo esclaviza. El pecado corroe los cimientos de las familias, de las sociedades, de las naciones. El pecado nos conduce a la muerte eterna en el infierno, el lago de fuego y azufre.

Es urgente que nos volvamos a Dios renunciando a la tragedia del pecado. Los cristianos debemos ejercitarnos en la diaria confesión de nuestros pecados a Dios porque “Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1ª Jn. 1:9) y echarlos en lo profundo del mar.

Si usted todavía no se ha reconciliado con Dios, hoy es el tiempo para que se vuelva a Él. Confiésele sus pecados, arrepiéntase de ellos y acepte a Cristo como su Salvador personal.

Entonces Dios arrojará sus pecados en lo profundo del mar y le dará vida eterna.

Que sea así en ti y en mí. Amén.

JMG’13 – Reeditado en 2020.

Acerca del Autor

José M. Goiburú
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