Pronto celebraremos la Navidad. Es notable pensar lo diferente que resulta esta fiesta para cada una de las personas.

El clima festivo nos gusta a todos, tal es así que aun los judíos que no creen que Jesús (el Mesías) ya vino al mundo y aún lo esperan, buscaron otro motivo para celebrar ese día y compartir el clima sin que nadie se sienta excluido.

Pero aun entre los “llamados cristianos”, no todos recuerdan lo mismo, para algunos Navidad significa fundamentalmente reunirse con los seres queridos. Para otros por el contrario un momento no tan agradable donde deberá compartir con familiares incompatibles con los cuales no hay mucho afecto.

Otros consideran que es una fecha para mostrar generosidad haciendo regalos costosos o comiendo copiosamente. Tal vez Navidad signifique una cantidad de adornos brillantes y un pesebre nada más.

Jesús nació para darnos vida. Esta vida no es que el corazón palpite, tampoco la falta de enfermedad, sino la vida espiritual. Esta vida espiritual no se relaciona con el arte u otra disciplina sino con nuestra situación frente a Dios.

Él dijo: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.

El estar en la luz implicará ver y conocer nuestras faltas y limitaciones y también conocer la verdadera vida.

Como seres humanos tendemos a divagar en nuestros conceptos respecto al camino a seguir. Cuando Jesús estuvo en la tierra y vio las multitudes en este estado “tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”.

Todos sabemos que una oveja sin su pastor está perdida, no sabe dónde va y es fácil presa de animales rapaces.

La buena noticia es que Él es el Buen Pastor que dio su vida por “las ovejas”. Él , a quien celebramos en Navidad, vino especialmente al mundo para darnos LA LUZ DE LA VIDA.

¡Un abrazo virtual para todas y felices fiestas!

Acerca del Autor

Raquel Vázquez
Arquitecta |  + posts