“… sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias…” Filipenses 4:6

 

Un estudio del psicólogo Robert Emmons dividió a los voluntarios en tres grupos para que escribieran semanalmente en sus diarios. Un grupo escribió cinco cosas por las cuales estar agradecidos. Otro, cinco problemas diarios. Y un grupo de control, enumeró cinco acontecimientos que los impactaron un poco. Los resultados revelaron que los del grupo de gratitud se sentían mejor por sus vidas en general, eran más optimistas sobre el futuro y reportaban menos problemas de salud.

Dar gracias cambia la perspectiva de la vida. La acción de gracias puede incluso hacernos más felices.

La Biblia señala que dar gracias es beneficioso porque nos recuerda el carácter de Dios. Los salmos invitan constantemente a darle gracias «porque el Señor es bueno; para siempre es su misericordia» (Salmos 100:5), y por su amor inalterable y sus hechos maravillosos (Salmos 107:8, 15, 21, 31).

Al cerrar su carta a los filipenses, el apóstol Pablo vincula las oraciones de gratitud con la paz de Dios «que sobrepasa todo entendimiento» (Filipenses 4:7). Cuando nos enfocamos en Dios y su bondad, descubrimos que podemos orar sin ansiedad, en toda situación, con acción de gracias. Dar gracias tranquiliza nuestra mente y corazón. Un corazón lleno de gratitud fomenta un espíritu gozoso.

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Elisa Morgan
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