La Pascua es un festival de luz.
Aunque las nubes bloqueen el sol, Cristo ilumina el día con el milagro de la Resurrección.
«De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito…» Juan 3:16
Dios dio a su Hijo unigénito para morir en la cruz por nuestros pecados. Es nuestra responsabilidad recordarlo y compartir del amor de Dios.
La Pascua celebra las buenas nuevas en lugares sorprendentes. ¿Quién pensaría descubrir vida nueva en un cementerio? ¿Quién imagina encontrar perdón en medio de la desilusión?
«El primer día de la semana, muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que habían quitado la piedra que cubría la entrada.» Juan 20:1
Las mujeres descubrieron al Cristo resucitado en medio de la pena y las lágrimas.
Dios promete encontrarnos aún en los valles más oscuros y los rincones más lejanos del mundo.
La Pascua nos recuerda que debemos abrir nuestros corazones y espíritus para poder ver a Dios en lugares extraordinarios.
Cristo ha resucitado.. ¡Aleluya!