El viernes 3 de febrero el Señor llamó a Pepe (José Carlos Arjona) a su presencia después de días de incertidumbre, sufrimiento y dolor.
Años atrás, Pepe había tenido otro llamado: servir al Señor a tiempo completo en Su obra junto a Mariana, su esposa, y acompañados por sus 3 hijos pequeños.
Hoy ya está descansando de las obras de este mundo para estar con Cristo, lo cual es mucho mejor.
Por la obra y gracia de Dios, a través del Señor Jesucristo, Pepe no murió en sus pecados sino que murió en fe y ahora disfruta de la ganancia de la que Pablo hablaba.
Su vida sencilla, servicial, sacrificada, gozosa y de fidelidad al Señor, esposa, familia e iglesia, es lo que hoy nos permite decir como el viejo himno: “Bien recordado. Sí, recordado. Bien recordado por obras de amor. Pasar quisiera yo así de este mundo, buen recordado por obras de amor.”