«Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.» Isaías 55:1
En el texto hebreo la palabra cantera en realidad se refiere a «un agujero». La versión Reina Valera Revisada lo dice muy bien: «al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados». Nunca se olvide del «hueco de la cantera».
¡Qué excelente consejo! Antes de que nos enamoremos de toda nuestra importancia alta y poderosa, es buena idea echar un vistazo hacia atrás al «hueco de la cantera» del cual Cristo nos levantó. Y no nos limitemos sólo a pensar en eso; admitámoslo. Nuestro «hueco de la cantera» tiene su manera de mantenernos al mismo nivel: receptores de la gracia. Y no se engañe, incluso los exaltados y admirados tienen «huecos» de donde fueron excavados.
- Con Moisés, fue homicidio.
- Con Pedro, fue una negación pública.
- Con Rahab, fue persecución.
La próxima vez cuando nos veamos tentados a enorgullecernos con nuestra propia importancia, echemos un vistazo hacia atrás al agujero de donde fuimos extraídos. Eso tiene su manera de desinflar nuestro orgullo
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