“En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él.” Eclesiastés 7:14.
Cuando la pandemia tomó notoriedad por sus efectos, lo primero que me vino a la mente fue este conocido versículo, y me di cuenta que nunca había reparado bien en el.
Salomón da por hecho dos sentencias para nuestras vidas: la primera, que hay días de bien, y la segunda, que habrá días de adversidad. Para cada una de estas sentencias una actitud: gozar y considerar; finalmente concluye con una reflexión.
DIAS DE BIEN: cuáles serían los días de bien?: casarte con el amor de tu vida, nacimiento de un hijo? Alcanzar un sueño? Los viajes vacacionales? Terminar una carrera? La casa propia? El Auto? Por supuesto que estas experiencias son días de bien y causa de gozo, pero difícilmente formen parte de la rutina diaria.
Pasado poco más de sesenta días de cuarentena, es entonces cuando quizás nos empezamos a dar cuenta que nos faltan experiencias “sencillas” de las cuales ahora nos encontramos limitados y de las que probablemente no experimentábamos gozo o no formaban parte de nuestra gratitud a Dios. Es ahora cuando toma valor e importancia los días cuando podíamos ir a la casa de Dios, compartir su palabra, la comunión con los hermanos, estar con los padres, la familia, un partido de futbol, el trabajo, una caminata, compartir un mate, el abrazo, un beso… el apóstol Pablo en tres de sus cartas nos invita a estar “siempre gozosos”, y uno de los principios del gozo es ser agradecidos, el mismo Pablo le va decir a Timoteo “si tenes sustento y abrigo tenes que estar contento!”.
Este sentimiento de ingratitud e insatisfacción no apreciando el BIEN de cada día en las cosas que aparentemente son sencillas y comunes se remonta a nuestro origen como personas, porque el gran “marketinero” Satanás logró generar en el corazón de Eva y Adán una necesidad que no existía, siendo que el BIEN que disfrutaban cada día era invaluable!
ADVERSIDAD: la pandemia es una adversidad, un hecho mundial e histórico sin precedentes. Nuestro país se acerca a los 500 muertos y se contabilizan 350.000 en el mundo. La situación nos es contraria y poco favorable (significado de adversidad) estamos ante un enemigo microscópico que aún no sabemos combatir y en una situación de incertidumbre absoluta, de consecuencias impredecibles. Bueno, es en estos días en los cuales Salomón nos dice: “considera”, es decir reflexionar con atención y detenimiento… por lo general no somos de detenernos para reflexionar. El profeta Hageo, 4 veces le dice al pueblo de Dios “meditad”, porque sembraban mucho y recogían poco, comían y no se saciaban, se abrigaban y seguían con frio, iban al lagar a buscar 50 cántaros y solo había 20, es decir estaban en adversidad por darle la espalda a Dios y Hageo les invita a considerar, a meditar. Pero no solo el pecador pasa por la adversidad, la recordada parábola del Señor en la que habla de 2 cimientos el justo y prudente sufre exactamente la misma adversidad que el insensato, con la gran diferencia que su casa no cae, sigue firme.
REFLEXIÓN: “Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de Él”. Así cierra Salomon sus sentencias, sean días de bien, sean de días de mal o adversidad, debemos saber que Dios hizo ambos, y entender que nada hemos de hallar fuera de Dios. Entonces, es en estos días de adversidad en los que debemos aprovechar para considerar, reflexionar con atención y detenimiento, meditar en nuestros caminos y corazón, darnos cuenta que Dios es soberano, y que solo en Él hallaremos gozo, paz y sosiego en la adversidad, para que como dice Santiago: “hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales”. Y cuando lleguen los días de bien, aquellos días en los que podamos volver a disfrutar de las cosas “simples” que Dios nos regala seamos agradecidos, experimentando gozo y gratitud.
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