Llegando al Viernes, El Señor fue prendido, juzgado y crucificado.

Delutri remarca como el Señor puso la voluntad del Padre por sobre todas las cosas, mecionando pasajes que declaran que «El Señor afirmó su rostro para ir a Jerusalén», que «no vino para ser servido, sinó para servir y para entregar su vida en rescate por muchos», que «El se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz…»

Hasta llegar a decir «He cumplido la obra que me diste que hiciese»…El Señor hizo la voluntad de Dios hasta el final.

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Salvador Dellutri
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