En los últimos meses, es probable que muchos de nosotros hayamos pasado por instancias de miedo, incertidumbre, desesperanza y preocupación. Y, seguramente, en medio de estas, hayamos experimentado el sostén, el socorro y la paz de Dios que llegan a nosotros mediante Su palabra, con la dirección del Espíritu. Pensando en esto, algo curioso me sucedió hace algunos viernes atrás. Habíamos terminado de ver el noticiero de la tarde. Una sensación de angustia me sobrevino al ver el panorama actual. Turbada por estos pensamientos, comencé a preparar a mi hija para una ducha. Mientras tanto, de forma espontánea, ella empezó a entonar una canción llamada “Soberano, mi Salvador”[1], que dice lo siguiente: “Soberano, mi Salvador, solo en Él yo confiaré. Poderoso, mi Redentor, toda mi vida entrego hoy”. Y continúa: “No temeré, pues en Tu amor seguro estoy, Tu salvación eterna es, eres fiel. Mi corazón confía en ti, mi Guardador, Tu gracia es sin condición, eres fiel…”. Al instante, supe que era la voz de Dios a mi corazón afligido, recordándome al Señor Jesús, Su soberanía, Su salvación. Me emocioné. Continuamos juntas cantando esta canción. La verdad de Dios vino a mi rescate en ese momento a través de una canción.

¿Alguna vez te sucedió algo similar? Un versículo, una canción, un mensaje. De alguna manera, la Palabra de Dios llega a nuestro encuentro en el momento preciso. Nos saca del pozo de la desesperación. Nos enseña, nos corrige, nos exhorta, nos alienta, nos fortalece. Entonces, el corazón afligido y preocupado se reconforta y los ojos vuelven la mirada a Dios. ¡Qué poderosa es! ¡Cuánto necesitamos de ella! Que la Palabra de Cristo more en abundancia en nosotros: prioricemos la lectura de la Biblia por encima de cualquier otro libro. Hagámosle un lugar espacioso en nuestra mente. Dejemos que oriente nuestros pensamientos en la dirección correcta. Llenemos el corazón de alabanza, con versículos, con canciones. Así será nuestro alimento diario, nuestra luz en el camino y nuestro socorro en el momento oportuno.

[1] Soberano, mi Salvador, del álbum “Vivir es Cristo” de Jonathan y Sara Jerez.

Acerca del Autor

Daniela Bozian
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